Partera azteca: tlamatlquiticitl la asesora de la madre

En una entrada pasada les contaba sobre los modos de crianza de las niñas y niños aztecas. Ahí vimos que la partera era la encargada de anunciar el rol del recién nacido dentro de la sociedad.

Los aztecas eran una civilización muy avanzada que ya en su época practicaban la medicina y herbolaria, quedando los españoles sorprendido por ello.

Chalchiuhtlicue la diosa de los partos

Para que un parto se desarrollara bien o de la mejor manera posible dependía de los dioses, por ellos es que la partera y la madre se ponían en manos de la patrona de los partos.

Chalchiuhtlicue, forma parte de los dioses aztecas, conocida como “la que tiene su falda de piedras preciosas”, es la deidad de las corrientes de las aguas vivas, los ríos, lagos y mares, sin embargo, otros le atribuyen ser la diosa del amor, es venerada en toda la cultura mesoamericana, pues se le conoce como la protectora de los nacimientos y bautismos.

¿Cómo se desarrollaba el parto?

  • Al séptimo y octavo mes, ambas familias se reunían con el fin de concertar la elección y contacto con la partera.
  • Todas las mujeres, nobles o del pueblo, tenían acceso a las parteras, se trataba de una especie de servicio comunitario.
  • A la partera se le llamaba tlamatlquiticitl y sus conocimientos eran herbolarios, pero también metafísicos y religiosos.
  • Durante el parto la mujer era visitada por la tlamatlquiticitl, quien hacía revisiones periódicas. Era muy importante que el bebé viniese acomodado, si estuviba volteado, entonces hacía una especie de masaje en el vientre para acomodarlo.
  • Las parteras eran también asesoras de la madre; le aconsejaban desde aspectos de higiene hasta de dieta. También aconsejaba a la madre sobre su estado emocional: lo mejor era evitar el dolor, la ira, o las grandes sorpresas durante el embarazo.
  • La tlamatlquiticitl llegaba a la casa de la mujer embarazada unos 5 días antes del parto. De esta manera iba preparando el espacio, las hierbas, el ambiente familiar para recibir al bebé.
  • Cuando las labores de parto iniciaban, tlamatlquiticitl le proveía a la mujer de un té de la hierba cioapatli (Montanoa tomentosa Cerv). Si se complicaba el parto, se le hacía ingerir medio dedo de la cola del tlacuatzin (hoy conocido como tlacuachín), y con ello reducía el dolor y la dilatación era mayor.
  • Se lavaba el bebé para purificar su corazón con inmediación de la diosa de las aguas Chalchiuhtlicue, el objetivo es que la persona fuese buena y limpia.
  • La partera se quedaba en la casa de la madre 4 o 5 días más luego del parto para asegurarse de que esta última comenzara a lactar debidamente.
  • La madre daba leche a su hijo generalmente hasta los 2 años.

Como vemos los aztecas ya ponían en práctica lo que ahora conocemos como lactancia extendida, pero hay otras cosas que ya se deben utilizar, como tomar té o infusiones, ya que los avances médicos demuestran que esto no es beneficioso.

¿Qué mitos o creencias se tenían en el parto o embarazo?

Cuando había eclipse consideraban que estos representaban amenazas para el bebé, pensando que los podría convertir en pequeños monstruos de la oscuridad que se comían a los hombres.

Por lo tanto las mujeres tenían estrictamente prohibido salir de casa y en la boca se les colocaba una piedra de obsidiana.

¿Cómo era dar a luz?

Para dar a luz se ponían en la posición más fisiológica para ello, de cuclillas, y la partera se colocaba detrás, sujetándola. Al recién nacido le recibían con dulces palabras como dándole la bienvenida al mundo y a continuación limpiaban a la madre llevándola de nuevo al temazcal, cuyas plantas aromáticas le ayudarían a liberar las toxinas del cuerpo, la relajarían y favorecería la subida de leche.

Al igual que en otras civilizaciones y épocas,  el momento de elegir el nombre del recién nacido era muy importante. Se acudía a un sacerdote experto que consultaría el libro de los destinos (Tonalamatl) cuál será el nombre más adecuado y el día más propicio para ponérselo, ya que marcaría su buena o mala ventura.

Consideraban que el parto durante los últimos cinco días del año era signo de mal pronóstico y para contrarrestarlo no les ponían nombre hasta transcurrido un tiempo después.

Muchas prácticas de una u otra forma aún las llevamos a cabo, pero otras han sido o están intentando se erradicadas, es un tema bastante extenso que da para una entrada más.

Ojala esto les apasione tanto como a mí.  

Publicado por Papá

Ing. Sistemas Computacionales.

Geek por gusto y profesión, papá primerizo.

Puedo ver en una noche toda la saga de Star Wars una y otra vez.

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