A raíz de que ambos (mamá y papá) comenzamos a trabajar, por las noches que es cuando los tres estamos juntos nuevamente, pareciera que Nabyl cambia su comportamiento, en una palabra burda y nada sensata; chiqueada.
En el transcurso del día la abuela materna de Nabyl es quien nos hace el favor como familia de cuidar y encargarse de ella. A palabras de la abuela, la niña tiene un comportamiento tranquilo, pero si recalca que extraña a sus papás.
Regularmente los niños y niñas más pequeños son quienes solicitan nuestra atención, ya sea para mostrarnos lo nuevo que aprendieron en el día, compartir el juego, platicarnos cualquier trivialidad.
Que sepan y estén conscientes de que estamos para ellos, ayuda a generar la confianza en ellos mismos.
¿Pequeñas y pequeños demandantes?
De acuerdo a diversos estudios, los niños reclaman nuestra atención porque mínimamente requieren nuestra aprobación sobre lo que desean mostrar.
Existe un momento del crecimiento y desarrollo psicológico infantil en el que solicitaran la atención inmediata, no “ahorita”, no en un momento, ¡ya! En estos casos es importante marcar límites, hablar con ellos, intentar hacerlos entender que no todo puede ser en el momento deseado, no se trata de ignóralos, pero si saber diferenciar entre esa delgadísima línea del pedir atención y exigirla.
En pocas palabras, atender al pequeño o pequeña, pero orientarlo a saber cómo controlarse y esperar.
Pero ¿existen más motivos por los cuales llaman la atención?
Hay un sinfín de motivos y claro está que cada niño, niña y familia son diferentes.
- Cambios relevantes: en nuestro caso, que ambos estemos trabajando y no tenga la atención permanente de sus padres, es un cambio radical para Nabyl. Pero quizá algún otro niño haya ingresado a un colegio nuevo, cambio de domicilio, un integrante nuevo se une a la familia, el fallecimiento de un ser querido. En estos casos los más recomendables es acercarse a los niños y hablar con ellos, escucharlos por absurdo que parezca y saber interpretar lo que dicen entre líneas.
- Inseguridad en sí mismos: hay niños que necesitan estar monitoreados todo el tiempo, ser acompañados por un adulto, ya que de lo contrario no sienten la seguridad suficiente para la toma de decisiones.
Como regla general, nuevamente cada núcleo familiar el diferente. Que nuestros hijos reclamen atención es normal y ayuda al desarrollo.
Mucho depende de ti madre o padre de familia, el cómo abordes estos llamados de atención que demanda tu hijo. Sólo ten en cuenta que lo él o ella, te necesitan y eres tú el pilar de vida.