Ayer tuve un mal día, estaba cansada y con hambre, cuando llegó mi esposo dijo algo que me molestó, fue la gota que derramó el vaso y me puse a llorar. Entonces me di cuenta que me estaba grabando, ignoró como me sentía y me grabó. Después compartió el video con sus amigos, y luego en su Facebook. Recibimos muchos comentarios, algunos decían que las mujeres somos dramáticas, que necesitamos que nos ignoren, incluso gente desconocida nos escribió y decían que eso se solucionaba con un par de cachetadas.
La situación que narro arriba es ficticia, mi esposo no haría algo así, sin embargo, es algo que a diario viven muchos niños alrededor del mundo. Por desgracia es común ver vídeos de menores desbordados emocionalmente, los padres los ignoran o peor aún los graban y posteriormente los exponen en redes sociales. Personalmente detesto ese tipo de vídeos, no me parece justo que un adulto abuse de su poder como padre para exponer a sus hijos cuando están presentando una rabieta en lugar de acercarse, acompañarlos y guiarlos para superar este episodio.
Por otro lado, están la gente que observa que un pequeño presenta una rabieta y en lugar de ignorarlo o ayudar, se dedica a grabar a estas familias para luego exponerlos y juzgarlas. No tenemos el derecho de grabar a un menor de edad sin autorización de sus padres ni deberíamos tenerlo para juzgarlos. No sabemos el motivo de la rabieta, si el padre pudo prevenirla, la situación de los padres y del hijo, desconocemos si el niño tiene algún trastorno psicólogico, en fin, no conocemos el contexto y no deberíamos sentirnos libres de juzgar a esas familias y peor aún, sugerir que usen la violencia para disciplinar.
Sí notamos que un niño está presentando una rabieta y no sabemos cómo apoyar, continuemos nuestro camino, entendamos que las rabietas son normales en los niños, son parte de su desarrollo psicológico.
Por desgracia, también he observado este tipo de cosas en grupos de crianza , he visto cómo se difunden fotos y videos de personas usando cangureras, con niños que no usan autoasiento, etcétera. Sería más útil y amable acercarse a ofrecer información o pasar de largo.
¿Qué harías tú si descubres que alguien está grabando o tomando fotografías de tu hijo? ¿Cómo te sentirías si mientras estás llorando o enojada un extraño te graba?
Seamos empáticos y no difundamos estos vídeos, ¿De verdad vale la pena ridiculizar a un menor de edad con tal de recibir likes en nuestras redes sociales?