Tu pareja y tú descubren que estás embarazada, felices y nerviosos dan la noticia, la familia los felicita, los amigos y amigas también, algunos se comienzan a autonombrar “tíos y tías» del futuro bebé, todos prometen visitarlos antes de que nazca, etc.
Entonces, llega el nacimiento, la mitad de los amigos que mostraron interés durante el embarazo los visitan, los demás envían sus felicitaciones y algunos otros no se enteran que el bebé ha nacido.
Esa fue la historia que me tocó vivir, y que durante meses me hizo pensar en cómo la maternidad afecta la vida social, y con esto no me refiero a que quisiera vivir en bares o en fiestas cada fin de semana, pero es notorio cómo algunas amistades van alejándose poco a poco.
Sé que no es un tema que impacte exclusivamente a las mujeres, pero en esta entrada hablo desde la perspectiva de mujer.
Por un tiempo pensé que era un tema mío y qué tal vez estaba exagerando, pero luego me di cuenta que en los grupos de maternidad es algo que constantemente se lee “Desde que soy madre ya no tengo amigos” e incluso hace algunos días una amiga me contaba que se sentía triste pues se había dado cuenta como desde que era madre comenzó a quedarse sola.
Aunque nunca tuve una vida social muy activa, cuando Nabyl nació fue notorio cómo algunos amigos marcaron distancia, no los culpo, ¡claro! mis prioridades e intereses cambiaron; sin embargo, a veces imagino que piensan que ahora que soy madre, no puedo darme un par de horas para platicar con un adulto sobre algo que no sea pañales y bebés.
Además, desgraciadamente debido a temas de género, mucha gente tiene la idea de que el padre si puede salir solo de vez en cuando, pero la madre no, su lugar es en casa con los hijos. A veces, cuando he salido sola y de inmediato me preguntan “¿Y tu hija? ¿Dónde está?” me pongo a pensar si eso mismo le cuestionan a papá cuando él sale.
A pesar de todo lo anterior creo que la maternidad no solo te aleja, sino que también crea nuevos lazos, mediante las tribus he conocido a otras mujeres con las que comparto intereses, puedo hablar de crianza, lactancia, porteo etc, pero también de temas que no se relacionan a la vida de madre, incluso me reencontré virtual y físicamente con amigas con las que estaba distanciada y que ahora que tienen hijos compartimos intereses.
Por otro lado, también me di cuenta que hay lazos que a pesar de la distancia y el tiempo no se pierden, que hay amigos que me buscan para tomar un café o una cerveza, podemos salir y hablar de política, música, libros, etc y sí, si me preguntan también puedo hablar de mi vida como madre.
No estás sola, siempre habrá un amigo que quiera escucharte, al que a pesar de que sus vidas hayan cambiado, el día que se reúnan parecerá que conviven a diario. Las amistades que se conservan aún en la distancia son las más valiosas.
Imagen de portada tomada de mamadeluz.com